Uno ya va cumpliendo unos cuantos años en este negocio. Los suficientes para tener un retrovisor de cierto tamaño. Ese retrovisor que resume vivencias y experiencias, unas más positivas que otras pero, sin logar a dudas, todas muy útiles para curtirte como profesional.
Dentro de estas experiencias puedo presumir de que he trabajado en todo tipo de organizaciones sanitarias, desde un grupo hospitalario privado de referencia en nuestro país hasta en todos los niveles existentes en el Sistema Nacional de Salud (Servicios de emergencias, hospitales pequeños, medianos y algún "buque insignia").
Tengo que admitir que siento especial cariño por los hospitales pequeños y/o medianos donde, por regla general, además de aprender más y ganar en creatividad y polivalencia, he tenido experiencias personales de lo más gratificante. Sus plantillas suelen ser mucho más contenidas y estables, hay una alta sensación de pertenencia y compromiso, las relaciones personales son más cálidas y cercanas y el ambiente es mucho más familiar que en centros con plantillas de 5.000 profesionales y con una rotación descomunal.
Me estoy refiriendo fundamentalmente a los hospitales de los Grupos 1 y 2 de la clasificación de hospitales públicos españoles mediante el uso de análisis de conglomerados (Departamento de métodos cuantitativos en economía y Gestión de la Universidad de las Palmas). Dentro del Sistema Nacional de Salud, la mayoría de los hospitales de estas características corresponderían a los antiguos hospitales comarcales del Insalud. Son hospitales más alejados de los grandes nucleos urbanos y más vinculados con la atención especializada en el ámbito rural.
Aunque estos hospitales sean pequeños, sus problemas no tienen nada de pequeño. A los profesionales sanitarios les suele echar para atrás la idea de instalarse en localidades con pocos vecinos y escasas esperanzas de desarrollo socioeducativo y económico. El relativo aislamiento de estos centros, la falta de medios y las dificultades para investigar o reciclarse provoca que, en muchas ocasiones, la falta de especialistas generen graves problemas de gestión que pueden llegar a impactar en la población atendida.
Por ello es muy conveniente reflexionar sobre el futuro de los mismos. Conocer tanto sus debilidades y amenazas como sus fortalezas y oportunidades y plantearse estrategias para maximizar el valor social y economico de las poblaciones y personas que los sustentan.
Y esto es lo que se plantea principalmente en las Jornadas Nacionales "Hospitales Rurales del Futuro" que se van a celebrar en Tapia de Casariego (Principado de Asturias) los próximos 10 y 11 de Abril de 2.015. En ellas profesionales de primerísimo nivel como Joan Carles March, Julio Mayol, Iñaki Gonzalez o Carlos Alberto Arenas debatirán sobre los retos precisos a abordar en el futuro por este tipo de Centros.
En resumen, una muy buena iniciativa que quiero agradecer a las Gerencias de las Areas Sanitarias I y III del Servicio de Salud del Principado de Asturias. Una iniciativa que no me quiero perder y que me permito la libertad de recomendaros.
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