domingo, 29 de marzo de 2015

RSC y Salud: ¿Apostamos por transparencia?

Al inicio de esta semana, me resultó de gran interés este artículo que escribió Carlos Alberto Arenas en Redacción Médica, en el que el autor reflexionaba sobre la necesidad de hacer cambios en la forma de gobernar las instituciones sanitarias en España,  imponiendo la transparencia como valor fundamental.

No pude evitar pensar en lo que la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) podría ayudar en pilotar ese cambio. RSC entendida  como una forma distinta de ver las organizaciones,  centrada en los valores, para generar valor. RSC teniendo a la transparencia como uno de sus pilares o valores fundamentales.  RSC, relacionada con "el buen gobierno"  al que aludía el Dr. Arenas en su artículo.

Pero desgraciadamente, RSC que está poco estructurada en el día a día de nuestros centros sanitarios.

El libro verde de la Comisión Europea "Promoting an European framework for Corporate Social Responsability" (julio 2.001) indica que la RSC es esencialmente un concepto por el cual las empresas deciden contribuir voluntariamente a mejorar la sociedad y a preservar el medio ambiente, expresando su compromiso de contribuir al desarrollo económico, a la vez que a la mejora de la calidad de vida de los trabajadores y sus familias, de la comunidad local donde actuan y de la sociedad en su conjunto.

En el sector sanitario nos hemos dedicado los últimos años a crecer en conocimiento, en tecnología, en investigación y en producción (mayor eficiencia y cantidad en los procesos) a cambio de dejar de lado otros aspectos "intangibles" que, además de ser parte de nuestro ADN, aportan un valor añadido fundamental a nuestras organizaciones. Me refiero a la comunicación, a la credibilidad, a la reputación. Me refiero a gestionar eficientemente los intereses de todos los grupos de interés (stakeholders) como empleados, proveedores, ciudadanos y no solo a aquellos que pueden ejercer poder y presión.

Las empresas sanitarias por su propia naturaleza,  revierten beneficio a la sociedad. Quizá por este motivo no se identifican suficientemente con el término. Pero no podemos olvidarnos de la dimensión interna de la RSC  y de cuestiones como el impacto al medioambiente, las compras públicas sostenibles, la inversión responsable, etc.  Cuestiones que tienen margen de recorrido en nuestras organizaciones y que pueden aportar un beneficio extraordinario a la sociedad.

Tampoco podemos olvidarnos, en el ámbito de las  instituciones públicas, de la función ejemplificadora que debería tener la administración pública (en este caso de la aplicación directa de los principios de la RSC a sus propias prácticas).

Debemos tener presente la potencia de la RSC para mejorar la reputación de nuestros centros y  de nosotros como gestores, para apostar definitivamente por la transparencia y para centrar toda nuestra actividad en la ciudadanía.

Las jornadas sobre RSE y Salud  organizadas el pasado 26 en Zargoza por Aragón Health Cluster y el Departamento de Economía y Empleo del Gobierno de Aragón y con presencia, entre otros, de DKV, Mutua de Accidentes MAZ y Grupo Hospitalario Quirón,  son una buena noticia. Reconforta saber que existe interés dentro del sector salud por abordar esos cambios en la gobernanza de nuestras instituciones.

Absolutamente recomendable este enlace al Blog de la RSC, del economista Juan Royo Abenia. Una auténtica enciclopedia sobre Responsabilidad Social Corporativa.









martes, 24 de marzo de 2015

Hospital Rural: pequeño, pero de gran valor.

Uno ya va cumpliendo unos cuantos años en este negocio. Los suficientes para tener un retrovisor de cierto tamaño. Ese retrovisor que resume vivencias y experiencias, unas más positivas que otras pero, sin logar a dudas, todas muy útiles para curtirte como profesional.

Dentro de estas experiencias puedo presumir de que he trabajado en todo tipo de organizaciones sanitarias, desde un grupo hospitalario privado de referencia en nuestro país hasta en todos los niveles existentes en el Sistema Nacional de Salud (Servicios de emergencias, hospitales pequeños,  medianos y algún "buque insignia").

Tengo que admitir que siento especial cariño por los hospitales pequeños y/o medianos donde, por regla general, además de aprender más y ganar en creatividad y polivalencia, he tenido experiencias personales de lo más gratificante.  Sus plantillas suelen ser mucho más contenidas y estables, hay una alta sensación de pertenencia y compromiso,  las relaciones personales son más cálidas y cercanas y el ambiente es mucho más familiar que en centros con plantillas de 5.000 profesionales y con una rotación descomunal.

Me estoy refiriendo fundamentalmente a los hospitales de los Grupos 1 y 2 de la clasificación de hospitales públicos españoles mediante el uso de análisis de conglomerados (Departamento de métodos cuantitativos en economía y Gestión de la Universidad de las Palmas). Dentro del Sistema Nacional de Salud, la mayoría de los hospitales de estas características corresponderían a los antiguos hospitales comarcales del Insalud. Son hospitales más alejados de los grandes nucleos urbanos y más vinculados con la atención especializada en el ámbito rural.

Aunque estos hospitales sean pequeños, sus problemas no tienen nada de pequeño. A los profesionales sanitarios les suele echar para atrás la idea de instalarse en localidades con pocos vecinos y escasas esperanzas de desarrollo socioeducativo y económico. El relativo aislamiento de estos centros, la falta de medios y las dificultades para investigar o reciclarse provoca que, en muchas ocasiones,  la falta de especialistas generen graves problemas de gestión que pueden llegar a impactar en la población atendida.

Por ello es muy conveniente reflexionar sobre el futuro de los mismos. Conocer tanto sus debilidades y amenazas como sus fortalezas y oportunidades y plantearse estrategias para maximizar el valor social y economico de las poblaciones y personas que los sustentan. 

Y esto es lo que se plantea principalmente en las Jornadas Nacionales "Hospitales Rurales del Futuro" que se van a celebrar en Tapia de Casariego (Principado de Asturias) los próximos 10 y 11 de Abril de 2.015. En ellas profesionales de primerísimo nivel como Joan Carles MarchJulio MayolIñaki Gonzalez o Carlos Alberto Arenas debatirán sobre los retos precisos a abordar en el futuro por este tipo de Centros.

En resumen, una muy buena iniciativa que quiero agradecer a las Gerencias de las Areas Sanitarias I y III  del Servicio de Salud del Principado de Asturias. Una iniciativa que no me quiero perder y que me permito la libertad de recomendaros.

El programa completo se puede consultar aquí.








domingo, 22 de marzo de 2015

Una cuestión de miopía


Hace unos días en una conversación informal entre amigos y compañeros de trabajo (que no siempre es incompatible)  alguien se ofendió mucho conmigo porque llamé cliente al usuario de un servicio público de salud cualquiera.

Después de pedir perdón, acudí raudo a la R.A.E para ver que cliente se define como: (acepciones primera y tercera):

  • Persona que utiliza con asiduidad los servicios de un profesional o empresa.
  • Persona que está bajo la protección o tutela de otra.

Bueno, pues me quedo más tranquilo. Pienso que la base de nuestra existencia, de nuestra actividad integral como organización y de nuestra razón de ser es cualquiera que pueda incluirse en las dos acepciones anteriores. Si al mismo tiempo abandono  el paternalismo de creer que sé  mejor que él lo que necesita,  no me parece estar cometiendo un ataque directo al sistema público de salud o un ejercicio de mercantilismo liberal que me debería avergonzar.

A veces nos genera rechazo hablar de cliente, de mercado, y por tanto, de marketing en el sector sanitario. Pero ¿sabemos exactamente cuales son sus implicaciones?.

Si acudimos a Philip Kotler,  Marketing es el "proceso social y administrativo por el cual los grupos de interés satisfacen sus necesidades al crear e intercambiar bienes y servicios".  Vamos a unirlo con la concepción de  Christian Grönroos,  que define el marketing como una "actitud mental" que guía el pensamiento global de la organización tanto en la toma de decisiones  como en la realización de los planes decididos anteriormente.

¿No es la necesidad de salud una de las principales que puede tener un ser humano, cliente, paciente o como sea que le llamemos? ......

....¿es por tanto una aberración pensar en términos de marketing sanitario?.

Perfilar todas nuestras organizaciones alrededor de su principal activo no parece ser una estrategia muy descabellada.

Entiendo el sarpullido que puede suponer el enfoque dirigido a la competencia que puede tener el marketing, aunque eso solo puede tener efectos positivo para el usuario (¿y no es este el eje fundamental de nuestro sistema?).

Michael Porter define tres posibles estrategias competitivas que puede decidir una organización:


  1. Estrategia de liderazgo en costes: dada la situación económico-financiera de la mayoría de los servicios de salud, parece ser que esta estrategia podría aportar valor ¿no?.
  2. Estrategia de diferenciación: ¿El paciente no agradecería competitividad en calidad tecnológica, en calidad y cantidad de servicios, en imagen, en innovación...?.
  3. Estrategia de especialización, localización o concentración: está claro que el "mercado" sanitario es un mercado muy especializado y que está segmentado respecto a sus características inherentes.

La finalidad del marketing consiste en satisfacer deseos o necesidades. Nuestros usuarios nos demandan necesidades y deseos que debemos conocer, comprender y, en la medida de las posibilidades, satisfacer, enfocando la gestión sanitaria hacía su consecución.

¿Dónde está el problema entonces?

El problema reside en nuestra miopía permanente en empeñarnos en enfocar nuestra actividad desde la perspectiva del producto y no desde la del "cliente".

Esta miopia es la que nos hace que permanentemente le estemos ofreciendo a nuestros clientes lentejas (ya sabes....si quieres las tomas y si no....).



Absolutamente recomendable este enlace con la monografía número 1 de Salud Pública y Administración Sanitaria de los Anales del Sistema Sanitario de Navarra. Corresponde al libro de José María Corella  "Introducción a la Gestión de Marketing en los Servicios de Salud"







miércoles, 18 de marzo de 2015

Perdón, ¿Dónde enchufo la RNM?

Hoy he leído en El País una noticia que me ha dado que pensar (Ver noticia aquí). Damos por hecho que la innovación supone destinar un montón de millones de euros en I+D+i así como disponer de la última tecnología, absolutamente imprescindible para el desarrollo de nuestros procesos productivos.

Cada vez tenemos más interiorizado que, sin esos presupuestos elevadísimos y sin contar permanentemente con lo último de lo último, es imposible que podamos realizar nuestra actividad con un mínimo de calidad. 

Y claro, darme cuenta del impacto que puede tener sobre la salud de una población un viejo Nokia 1100  enviando SMS me deja descolocado. Está claro que cada día mi iPhone va ganando creatividad al mismo ritmo que yo la pierdo.

Hemos interiorizado tanto esa dependencia que no somos conscientes, como díce Amy B. Smith, inventora y profesora del Massachusetts Institute of Technology (MIT) , de que "casi el 90% del dinero que se dedica a investigación y desarrollo se gasta en la creación de tecnologías al servicio del 10% de la población más rica del mundo".

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se planteó en 2.001 como aprovechar la innovación tecnológica para la erradicación de la pobreza. En su informe ya se hacía hincapié  de que frecuentemente en el primer mundo se acentúan los riesgos hipotéticos para desechar desarrollos de tecnología,  mientras que se nos olvida la parte positiva que podría generar la misma en los países menos desarrollados.

Unos datos que me ponen los pelos de punta:

  • En 1.998 el gasto global (público y privado) en I+D+i sanitaria fue de 70.500 millones de dólares, pero menos del 10% se dedicó al 90% de carga de enfermedades (que obviamente se concentran en el Tercer Mundo).
  • El gasto de salud en Africa es menos de 10 $ per cápita.
  • Entre 1.975 y 1.999 menos del 1% de los fármacos legalmente registrados fueron para enfermedades tropicales.

Pero no voy a mostrarme pesimista. El abaratamiento de la tecnología también permite poder ofrecer soluciones cada vez más económicas para paliar este problema. Un ejemplo es el microscopio de papel desarrollado por los investigadores de la Universidad de Stanford (con un coste de fabricación de apenas 0,70 euros y capacidad de 2.000 aumentos). 

Me tranquiliza saber que las soluciones dependen más de mentes creativas y solidarias que de cantidades ingentes de dólares. Mentes que se preocupen por buscar avances sencillos y economicamente asumibles. Mentes que no se sorprendan de que no sea fácil enchufar una RNM de 3 teslas en los paises del Tercer Mundo.





Bienvenidos al Blog


Después de llevar varios años como ávido lector de la blogosfera,  he decidido que ya iba siendo hora de aportar mi granito de arena a la Comunidad.

Estoy convencido de que me queda mucho que escuchar, tanto que me da cierto pudor ponerme a hablar. 

No obstante admito que esta nueva actividad me ilusiona. Y me ilusiona mucho. Quiero ponerle todo el cariño para que podamos hacer eso que me da cierto pudor......hablar. 

Hablar de Gestión, en general, que es aquello para lo que me formé y para lo que me sigo formando. Y también hablar de gestión sanitaria,  profesión que me apasiona y que, pese a llevar ya unos cuantos años en ella, me sigue retando y sorprendiendo cotidianamente.

De ahí el nombre de este nuevo proyecto, gestión saludhable. Para que hablemos de salud, de gestión y, por qué no,  de aquellas otras cosas que nos apasionen.

Os doy la bienvenida a este espacio y os animo a usarlo. Mi único objetivo es que podamos hablar, y que la conversación y el debate esté a la altura de vuestras expectativas.